Largo trayecto hasta Legazpi… ¡así se viaja en Filipinas!
El chófer que nos había llevado a General Luna el primer día nos había dejado su contacto para que le llamáramos en caso de necesitar un transporte de vuelta al aeropuerto. Y la verdad es que fue muy útil cuando llegó la hora de ir de Siargao a Legazpi. Le citamos en Kanijugan con tiempo suficiente para tomar nuestro vuelo a Cebú, y nos despedimos de nuestro hogar de nipa y sus anfitriones.
Cómo ir de Siargao a Legazpi: volamos a Cebú
Creo que nunca me ha sido tan difícil subir a un avión. Atravesaba la pista de aterrizaje mirando a mi alrededor y observando los palmerales que rodeaban el aeropuerto, y ante aquel alarde de idilio tropical, que parecía estar diseñado para generar tristeza en los que se fueran, una parte de mí no lograba entender por qué me iba. Pero la otra sabía que era hora de saltar a Luzón, y llegar hasta allí no sería precisamente rápido.
Para ir del aeropuerto al centro de Cebú utilizamos esta vez los buses azules que salen junto a la terminal. Nos dejó en la estación junto al enorme centro comercial SM, al que volveríamos más tarde para cenar y hacer algunos recados.
Dónde dormir en el centro de Cebú
El calor era agobiante pero decidimos andar hasta nuestro hostal, a unas cuantas manzanas de allí. Para cuando llegamos ya estábamos cubiertos en sudor y con ganas de hacer una buena colada, por suerte había una lavandería junto al alojamiento en la que pudimos encargar una Laundry Express. Nuestro hostal para aquella noche era Tropical Breeze Hostel (actualmente se llama el Big Paul Hostel).
El hotel me pareció bien ubicado y bastante decente. Tenía unas coquetas terracitas en cada piso en las que descansar con la brisa de la ciudad, sin duda lo mejor del sitio, y a punto estuve de dormir allí, porque el calor dentro de la habitación era insoportable.
Viaje de Cebú a Legazpi, Luzón
Para dar el salto a Luzón volvimos a valorar diferentes opciones, como hicimos para ir a Siargao. Ferry a Masbate, de ahí otro a Pilar (Luzón)… Muchas horas. Frecuencia limitada. Si queríamos llegar a ese festival en Donsol del que hablaba Neda más nos valía darnos prisa. Así que, de nuevo, acabamos en un avión.
Volvimos a tomar el bus azul en la estación del SM (mismo precio que antes) y aunque llegamos con tiempo suficiente al aeropuerto, todo dio igual. Al parecer había clima adverso sobre Legazpi y el vuelo tardaría en salir… varias horas. ¡Es lo que hay!
Como una especie de compensación, la llegada a Legazpi tenía un bonito regalo para nosotros…
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