India

Ayodhya, visitamos la ciudad sagrada de India sin turismo

Visita a Ayodhya, ciudad sagrada de India


Tras nuestra breve visita a Katmandú estábamos de vuelta en India y la imponente Delhi, y no perdimos mucho tiempo entre el caos. Del aeropuerto nos dirigimos directamente a la vieja estación de trenes en una combinación de Airport Express Line y tuk-tuk. Nuestro objetivo era tomar un tren nocturno hacia la ciudad sagrada de Ayodhya, en el corazón de Uttar Pradesh.

Tren nocturno de Delhi a Ayodhya

Habíamos comprado los billetes de tren poco después de llegar a India, ya que los trenes nocturnos se llenan con facilidad. No es raro acabar en una lista de espera en la que vas ganando posiciones según se van cancelando billetes. El registro necesario en la web nacional de trenes de India nos fue posible gracias a la SIM local que adquirimos allí. Como alternativa mucho más sencilla, tenemos 12go.asia.


Reservar el transporte de Delhi a Ayodhya



El caso es que conseguimos nuestras butacas/camas y compartimos durante horas el andén con otros tantos miles de indios que esperaban un tren siempre impuntual. Nos esperaba un viaje largo, pero sería de noche y con suerte podríamos dormir algo.


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Una ciudad sagrada sin turistas

Tengo que agradecerle plenamente a Toni el haber conocido esta ciudad, porque de no ser por su propósito de fotografiar todas las ciudades santas de India yo nunca habría pasado por aquí. Ayodhya apenas tiene turismo. Aunque su cotidianidad resulta interesante, como cualquier esquina de India, monumentalmente no tiene grandes atractivos que atraigan a los extranjeros.



A quienes sí atrae todos los años es a miles de peregrinos. No en vano, Ayodhya es una de las ciudades sagradas para el Hinduismo, allí donde se dice nació el dios Rama, y escenario de la antiquísima epopeya del Ramayana.



La ciudad debe adoptar un colorido y una vitalidad especiales durante el Diwali, cuando se llena de celebraciones y gente, con templos iluminados y lámparas que flotan por el río.


Buscando alojamiento en Ayodhya

Tal es el desinterés que parece producir entre el turismo foráneo que los hoteles decentes y bien ubicados no abundan. Tras 18 horas de viaje en tren llegamos a Ayodhya y un ricksaw nos acercó a Beena Residency, un edificio tan raro que casi nos echó para atrás, pero la habitación cumplía para dormir cómodamente.


Buscar alojamientos en Ayodhya


Justo al lado, el Ramprastha Hotel, hortera como él solo pero con mejor pinta para alojarse, estaba completo, aunque estos días echamos mano de su restaurante para cenar.

Pateamos la ciudad de día y de noche

El camino que nos separaba del centro de la localidad y de los principales ghats era una carretera polvorienta y poco concurrida, rodeada de monos, chabolas y algún que otro pequeño santuario.


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Perderse por las callejuelas de Ayodhya, sin intención de llegar a ninguna parte, es la única forma de toparse con las estampas mundanas y relajadas en las que se mueven sus habitantes. De vez en cuando, un templo o la estatua de un santo cuyo nombre desconocíamos captaban nuestra atención…



…pero compensaban nuestro paseo a pleno sol las sonrisas desde las teterías y barberías, y las casas de paredes coloridas pero resquebrajadas frente a las que jugaban los niños.


Visita a Ayodhya, ciudad sagrada de India
Visita a Ayodhya, ciudad sagrada de India


Los peregrinos, ataviados con telas escasas de color blanco o naranja y luciendo melenas sucias y endurecidas por el tiempo, deambulaban por la ciudad y se detenían frente a altares de diversa índole. En unos buscaban espiritualidad representada por las psicodélicas figuras de deidades milenarias, y en otros indagaban entre bienes mucho más modernos esperando caridad.



Cerca del río Karnali (o Saryu), la línea de templos y fachadas centenarias que delimitaban el ghat componían una imagen pintoresca interrumpida por la mugre maloliente de la laguna a la que conducían las escalinatas.



Durante gran parte del día, pero sobre todo cuando el sol sale o se pone, la vida se concentra en la orilla del Karnali, donde los hindúes se someten a los tradicionales baños, rezos y ofrendas.


Visita a Ayodhya, ciudad sagrada de India
Visita a Ayodhya, ciudad sagrada de India


Tuve una extensa conversación -de la que por desgracia no recuerdo demasiado- con uno de los pocos peregrinos que se manejaba con soltura en inglés. Me comentó que había andado mil kilómetros para llegar a Ayodhya.


Ritual Aarti en Ayodhya

La ofrenda del fuego, que yo pensaba que sólo se celebra en el río Ganges, es uno de los momentos más especiales en Ayodhya tras el atardecer. Desconozco si esta ceremonia está dedicada también a la dioss Ganga, pero resultó ser casi idéntica a la que vería en Varanasi unos días después.


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La luz de las llamas del Aarti contrastaba con la oscuridad en la que se suma Ayodhya por la noche. En ocasiones, sólo los focos de los vehículos y algún que otro puesto ambulante iluminaban la calle.



Ayodhya se reafirmaba en la penumbra como una ciudad venerada pero enigmática, indiferente ante lo que pudieran querer de ella quienes no la alcanzan por religiosidad. Un trozo más de esa India inamovible que no se doblega al turismo, haya sido descubierta por él o no.


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David

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