Dos días explorando Segovia
Llevaba mucho tiempo queriendo visitar Segovia y por fin había encontrado una excusa para desplazarme hasta allí: montar por primera vez en globo aerostático. Aproveché para quedarme un poco más y recorrerla sin prisas, y en este artículo os cuento cómo fue aquella experiencia y qué se puede ver durante dos días en Segovia.
ÍNDICE 1. Autobús de la estación AVE al centro
2. Dónde dormir en Segovia
3. Dónde comer en Segovia
4. Qué ver en Segovia4.1. El acueducto de Segovia
4.2. Mirador de la Piedad
4.3. Judería de Segovia
4.4. La muralla de Segovia
4.5. El Alcázar de Segovia
4.6. Mirador de la Pradera de San Marcos
4.7. Iglesia de la Vera Cruz
4.8. Monasterio de Santa María del Parral
4.9. Atravesando la ciudad vieja de Segovia
4.10. Catedral de Segovia
4.11. Mirador del Alcázar y los dos Valles5. Vídeo
Autobús de la estación AVE al centro de Segovia
Si, al igual que yo, llegáis a Segovia en tren a la estación Segovia-Guiomar, podéis tomar allí mismo un bus hasta el centro de la localidad. La línea 11 (morada) os puede dejar junto al mismísimo acueducto, mientras que la 12 (amarilla) os será útil si os viene mejor bajaros en el lado oeste de la ciudad, como era mi caso.
Líneas de bus de Estación Segovia-Guiomar al centro:
11 Acueducto
12 Centro
La parada final del autobús de la línea 12 se encontraba a pocos metros de mi hotel, frente a la comisaría de policía.
Dónde dormir en Segovia
Elegí el Hotel Corregidor por su ubicación respecto al lugar de despegue de los globos aerostáticos, que os cuento más a fondo en el artículo sobre volar en globo en Segovia. Aunque se encuentra en las afueras del casco antiguo, aquí todas las distancias son cortas. Desde el Hotel Corregidor hasta el acueducto no hay más de 5 minutos andando. Me parece una de las mejores opciones de alojamiento económico en Segovia.
Hotel Corregidor
Desayuno abundante opcional. WiFi en las habitaciones. TV. AirCon.
Restaurante. Gimnasio.
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Dónde comer en Segovia
Si no escatimáis en gastos seguramente no os costará encontrar un buen restaurante en el que degustar lo mejor de la oferta gastronómica de Segovia, como el cochinillo asado. Los asadores del entorno de la plaza del Azoguejo tienen buena fama.
Si como yo viajáis con presupuesto ajustado pero no queréis quedaros con ganas de probar el cochinillo, os hago una recomendación específica: Los Tarines, pequeño bar/restaurante en el que podréis probar una riquísima hamburguesa de cochinillo.
El acueducto de Segovia
Necesita poca presentación. El acueducto de Segovia no solamente es el emblema de la ciudad sino también uno de los más prominentes símbolos de España y, por qué no decirlo, de toda la herencia arquitectónica romana considerada a día de hoy Patrimonio de la Humanidad.


Es casi seguro que sea el primer monumento que veas al llegar a Segovia. Su silueta parte la ciudad en dos hasta que se detiene en seco en su centro, y su parte más alta, de 29 metros en la Plaza del Azoguejo, ha sido asimilada como el eje sobre el que gira toda la vida de la localidad.


Por suerte ninguna edificación posterior circundante opaca la todavía imponente estatura del acueducto, construido en torno al siglo II. De hecho, el estilo clásico castellano de dichos edificios contribuyen a la belleza de la plaza.
Se pueden seguir sus 167 arcos por la Calle de los Cañuelos mientras se hacen más y más pequeños hasta que el acueducto desaparece, interrumpido por las calzadas modernas. Pero en la antigüedad éste seguía durante 17 kilómetros hasta la sierra más cercana, donde recogía agua de un manantial.
Una de las características más interesantes de su arquería es que sus bloques de granito no están unidos por ningún tipo de argamasa. Sólo la fuerza que hacen unos sobre otros los mantiene unidos.
Bajo el reinado de los Reyes Católicos el acueducto vivió su primera restauración, tiempo en el que se aprovechó para colocar imágenes de la virgen en los dos nichos que los romanos dispusieron en los arcos de más altura. Aquí, antaño, se hallaba una estatua de Hércules. Hoy sólo se conserva una de las vírgenes.
Mirador del Postigo del Consuelo
Aquella mi primera tarde en Segovia decidí quedarme en los alrededores del acueducto. Se acercaba el atardecer, con una prominente tormenta en el horizonte, y el ocaso prometía colores bonitos.


Decidí subir las escaleras que conducen al Postigo del Consuelo, donde el acueducto se choca contra la antigua muralla de la ciudad.


Este lugar es un fantástico mirador.
Con la llegada del fin del día, las golondrinas vuelan a miles por encima de la plaza. Despegan de sus nidos construidos en los huecos que los bloques del acueducto dejan entre sí, y son tantas en el cielo que a veces pareciera que alguna se va a chocar contigo.


Mirador de la Piedad
Este coqueto rincón que merece la pena ver en Segovia lo encontré por casualidad cuando volvía del paseo en globo mañanero. De lejos parecía un descampado sin mucho atractivo, pero allí una pequeña ermita blanca acompañada por un grupo de cruces marcaban el que en realidad era un bonito mirador sobre la ciudad.


Me sentí como viendo el viejo Jerusalén desde el Monte de los Olivos.
La calle de la Judería de Segovia
Ya de vuelta en la ciudad, recorrí su centro histórico de camino hacia el Alcázar. Pasé por su judería, donde se concentró forzosamente a la comunidad hebrea que desde el siglo XII había habitado prolíficamente la ciudad.
Aún pueden verse vestigios de aquella cultura, como la claramente sefardí Sinagoga Mayor, confiscada en 1410 y convertida en la actual Iglesia católica del Corpus Cristi.


Este antiguo barrio, que fue prácticamente un gueto tras la llegada de los Reyes Católicos, se extiende hasta la Puerta de San Andrés en la antigua muralla. Es posible acceder a lo alto de la puerta por unas empinadas escaleras, pidiendo un permiso por valor de 1€ en una pequeña oficina contigua.


Otro vestigio de presencia hebrea que ver en Segovia es el cementerio judío que aún se conserva al otro lado del río, en la ladera opuesta.
La muralla de Segovia
Seguir la muralla sur de Segovia es una buena forma de llegar directamente al Alcázar a la vez que se disfruta de unas fantásticas vistas de esta antigua estructura. La existencia de la muralla, o al menos partes de ella, se remonta a tiempos de dominio árabe y romano, mucho antes de que en el siglo XI llegara Alfonso VI y la completara.
El Alcázar de Segovia
Mi mirada se centra pronto en el espectacular castillo del otro extremo. Es el Alcázar, fortaleza militar, residencia de reyes de Castilla y uno de los castillos más icónicos del mundo.


Su posición defensiva inmejorable y algunos restos arqueológicos invitan a pensar que una estructura fortificada se encontraba ya aquí en época de los romanos, pero el Alcázar como tal (al qasr) se remonta al tiempo de la reconquista a los árabes, siglo XII, y obtuvo su aspecto actual, que combina estilos mudéjares, góticos y románicos, en el siglo XVI.


Tras los jardines de su acceso nos recibe su foso y tras él la imponente Torre de Juan II, engalanada con almenas. Pero quizás el rasgo más llamativo del Alcázar son sus torres de tejados negros picudos, asociados muchas veces a los típicos castillos de cuento de hadas, en gran parte por influencia del propio Alcázar de Segovia.
Yo me lo encontré cerrado, pero si tenéis la oportunidad su interior es algo que hay que ver en una visita a Segovia.
Entrada completa al Alcázar: 9 €
Entrada parcial al Alcázar: 6 € (sin subida a la Torre de Juan II)
Más información
El castillo se asoma con su Torre del Homenaje sobre la confluencia de los ríos Eresma y Clamores, pero para disfrutar de ese perfil es mejor cambiar de sitio…
Mirador de la Pradera de San Marcos
Continuando por la muralla, el Atajo de la Cuesta de la Zorra nos permite llegar por unas escaleras hasta el puente que cruza el río Eresma bajo el Alcázar. Nada más cruzarlo, podemos continuar por el paseo del río hasta llegar a la Pradera de San Marcos.
Este campo verde, rodeado de árboles junto al río, no sólo es un fantástico lugar para descansar sino que además ofrece una de las mejores vistas del Alcázar.


Iglesia de la Vera Cruz
No muy lejos de esta pradera se puede visitar la Iglesia de la Vera Cruz, edificio románico del siglo XIII caracterizado por su planta dodecagonal y atribuido en muchas fuentes a los Templarios.
Monasterio de Santa María del Parral
Cerquita de la Vera Cruz está el Monasterio de clausura de El Parral, que desde el siglo XV hasta el día de hoy aloja a monjes de la Orden de San Jerónimo. Se puede conocer por dentro -al menos parte de él- en una de las dos visitas diarias, a las 11h y a las 17h, o se puede contemplar su exterior desde la muralla junto al Alcázar.
Atravesando la ciudad vieja de Segovia
Caminar hacia el interior del casco antiguo de Segovia desde mi hotel, un paseo tranquilo por calles peatonales, me permitía pasar junto a multitud de edificios centenarios. En mi itinerario habitual hacia el acueducto me topaba con la Iglesia de San Millán y la Iglesia de San Clemente.


Después remontaba la colina por la calle Cervantes, pasando junto al mirador de la Canaleja y la Casa de los Picos, llamada así por una razón obvia: los 617 picos de granito que llenan su fachada.


Aquí comienza la calle de Juan Bravo, noble castellano y líder militar que tiene una estatua un poco más adelante, en la Plaza de San Martín, entre las Sirenas de Segovia, el majestuoso Torreón de Lozoya y la Iglesia mozárabe románica de San Martín.


Los cuatro monumentos fueron testigos del rico helado que me tomé sentado en su escalinata. Si hay algo que no falta en esta calle son heladerías.
Catedral de Segovia
Tomando la calle de la derecha a la altura de la Iglesia del Corpus Cristi se llega hasta la Plaza Mayor, cuya amplitud me permitió contemplar por primera vez gran parte de la fachada de la Catedral de Segovia.


Esta catedral, aunque construida ya en época renacentista, terminada en el año 1577, fue uno de los últimos edificios de Europa de estilo gótico. Hay que visitar su interior para comprender bien su magnitud gracias a sus naves de 30 metros de altura, sus numerosas capillas, o su coro gótico custodiado por dos imponentes órganos.
Visita a la Catedral: 3 €
Visita guiada a la Catedral: 6 €
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Mirador del Alcázar y los dos Valles
Y el que probablemente se convirtió en mi lugar favorito de Segovia lo dejé sabiamente para el final del día.
Desde la carretera de los Hoyos, antes de llegar a la altura del Alcázar, parte ladera arriba uno de los muchos senderos que recorren las colinas al sur de la ciudad. A lo largo del camino, que se convierte pronto en un sendero estrecho, uno se encuentra con diversos puntos que ofrecen vistas espectaculares de la ciudad.
Recomiendo andar un poco más, rumbo al norte, hasta llegar al mejor de todos ellos: el Mirador de los dos Valles. La mejor foto posible del Alcázar de Segovia está hecha desde aquí. Y es un fantástico lugar para ver caer el atardecer y la noche sobre este precioso castillo medieval.


No me cabe duda de que hay mucho más que ver en Segovia, pero como primera visita creo que no podía haberle pedido nada más, sobre todo habiéndome regalado aquel increíble vuelo en globo. ¿Conoces más sitios que ver en Segovia? Cuéntamelo en los comentarios.
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