Port Barton también presume de island hopping
Sabía que quería probar el island hopping de Port Barton, pero conocer a Roberto y Nolwen fue el impulso que necesitaba para acabar haciéndolo. A los tres nos parecía bien la oferta que uno de los patrones de bangka de la playa nos hacía, con un itinerario personalizado por las islas, así que nos animamos a hacerlo juntos.
La pequeña embarcación se alejó del pueblo cruzando el mar hasta un punto en medio de la bahía donde los colores coralinos traspasaban la superficie. Era hora de echarse al agua.
Cambiamos de sitio pero nos mantuvimos debajo del agua, porque ahora nos tocaba encontrar las tortugas. No fue nada difícil, y nada más llegar nos topamos con una enorme que se alimentaba plácidamente en el fondo arenoso.
Mira todo lo que quieras, pero a la vida salvaje dale espacio.
Nos encontrábamos al lado de un bonito islote que gestiona un resort. Vamos, que es privado, y quien quiera acceder a él debe pagar. Nuestra bangka no pararía aquí pero yo nadé hasta su orilla para sacar algunas fotos. Esperaba escabullirme antes de que me pidieran el pago, pero no funcionó…
A la hora de almorzar desembarcamos en una nueva isla donde nos prepararían la comida y tendríamos tiempo para tumbarnos en una de las hamacas a hacer la digestión. Yo me limité a dar de beber y alimentar con nuestras sobras a varios pequeños perrillos hambrientos. Así soy yo siempre…
Reanudada la exploración por la bahía, nos detuvimos en una nueva zona de snorkel. No había nada que no hubiéramos visto ya, pero una curiosa familia de peces payaso nos daba la bienvenida a su vecindario.
La última parada del island hopping fue en un sandbank conocido por la gran aglomeración de estrellas de mar. El enclave es muy vistoso, pero como casi siempre en estos casos, el atractivo que suponen las estrellas no es para nada natural. Muchas de ellas son recolocadas a antojo de patrones y turistas, y ello deriva en la muerte de muchas. Si siguen siendo así de irresponsables acabará por no haber ninguna.
Finalizado el tour, Port Barton nos recibió con su usual vitalidad y sus luces pastel.


Y una vez más, abrazamos la oscuridad de la noche con colores en nuestra retina que no sabíamos que existían…
Diario anterior: Un día en la vida de Port Barton
Diario siguiente: Me despido de Palawan en la White Beach de Port Barton
6 Comentarios
Ainsss que bonito todo!
Cómo siempre, excelente entrada al blog.
Gracias por compartir
Gracias a ti por leerme y por comentar Isa 😉
Gracias en 50 dias estoy allí. Saludos.
Genial! Disfruta del viaje Gemma!
Hola, soy Clara! gracias por tu info. El teléfono de Roberto lo tienes?
Gracias.
Hola Clara. ¿Para qué necesitas el teléfono de Roberto?