Parque Nacional de Penang, ¡a la jungla!
Me tocaba ver la otra cara de Penang, la que había sobrevivido a los sultanes, las colonizaciones y la expansión urbanística. Me tocaba conocer lo poco que queda de jungla en la isla, y que como otros escasos lugares de Malasia es un vestigio de lo que había aquí antes del ser humano. Me dirigí al Parque Nacional de Penang.
Bus 101 a Penang National Park: RM 4
Podéis tomarlo en cualquier parada de Lebuh Chulia
El Parque tiene varias rutas de carácter sencillo, de diferente longitud cada una, que por lo general conducen a varias playas aisladas. Hay zonas delimitadas para la acampada, un interesante Canopy Walk (que cuando fui yo estaba en mantenimiento) y la posibilidad de avistar fauna y flora muy diversas.
Antes de comenzar hay que pasar por la oficina de información para registrarse y pedir un mapa si se desea.

Yo elegí el trail a Pantai Kerachut, también llamada Turtle Beach por ser un lugar que las tortugas marinas utilizan para desovar. Es difícil encontrarlas de forma natural, pero allí hay un centro de rehabilitación y control de tortugas en las que se puede ver a unas cuantas siendo monitoreadas antes de devolverlas al mar.
Es bastante difícil ver animales en la selva, pero existe una alta probabilidad de ver monos y varanos. Con estas dos especies me topé nada más empezar. A los varanos, enormes lagartos que guardan parentesco con los dragones de Komodo, los localicé por los sonidos que hacían entre la maleza. Después descubrí que había varios de ellos nadando en la costa y tomando el sol en la playa.
El sendero asciende por la montaña, rodeado de jungla profunda, y aunque no es excesivamente duro o largo, la humedad y el calor causan estragos. No hay peligro de perderse, ya que el camino está muy marcado y las bifurcaciones tienen señales, pero conviene que tengáis el mapa a mano para saber interpretar los nombres de esos letreros.



Tras un descenso llegué al lago meromíctico (un lago cuyas aguas de diferentes orígenes no se juntan debido a la diferencia de densidad) y supe que Turtle Beach estaba cerca.
Me acerqué al centro de conservación de tortugas, cuyo acceso es gratuito y se encuentra abierto entre las 10:00 y las 16:30, y me sorprendí al encontrar varias tortugas grandes, enfermas o con caparazones dañados, y decenas de tortuguitas bebés en un estanque aparte. Respetemos las señales, ¡no se toca nada!
Aunque inicialmente tenía pensado deshacer el recorrido, pensé que quizás me merecía la pena pagar por volver en barco. Una vez llegado a estas playas, existe la opción de volver al inicio en un taxi-boat. Solamente hay que esperar a que llegue uno vacío y subirte en él. El patrón del barco en el que me fui a subir me consultó si me importaba ir hasta Teluk Kampi, la playa más alejada, a por unos visitantes que la oficina tenía constancia de estar allí. No me importó, y así podría conocer otra playa.
Taxi-boat de regreso al inicio: RM 20
Quizás podáis regatear con el patrón hasta llegar a un precio similar
El hombre que pilotaba esta barca resultaba ser encantador. En el viaje de vuelta, habiendo recogido a otros tres viajeros en la playa, fue aminorando la velocidad allá donde creía que podría haber algo interesante. Y gracias a él pudimos ver lagartos, un águila blanca y disfrutar del transporte como si de un tour se tratara. Magnífico.
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Ya en Lebuh Chulia escuché que alguien me llamaba. Era Elton, el viajero que había conocido en el dormitorio de Mingle en Kuala Lumpur. ¡Casualidad! Intercambiamos contactos para poder coincidir más adelante. Justo en ese momento, Paola se topó con nosotros. Me dijo que a la noche iría con Mince y otros amigos a un concierto en un bar, y yo me apunté encantado.
Otro lugar para cenar en George Town
Aquel día cené en el puesto ambulante de hamburguesas que colocan todas las noches en Lorong Chulia. Me habían dicho que sus hamburguesas estaban riquísimas así que tuve que probarlas, ¡y así es!
Después de la cena y de acicalarme un poco en el hostal acudí a Micke’s Place, en la abarrotada calle Lorong Love, el bar donde me reuniría con Paola y Mince para disfrutar de música en directo de primera calidad. Los músicos/cantantes eran buenísimos y parecían estar dando un repaso a toda mi lista de reproducción de Spotify. Fue una genial manera de pasar la última noche en Penang y de despedirme de mis nuevos amigos. Tocaba volver al continente.
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2 Comentarios
Me viene muy bien tu post,tenemos intencion de visitar el Parque Nacional de Penang durante nuestra estancia en Georgetown.Gracias por compartirlo!
Genial! Espero que lo disfrutéis mucho. Un saludo 😉