Qué ver y hacer en MENORCA: mejores planes y lugares
Esta pequeña isla en medio del Mediterráneo ofrece tal sinfín de rincones paradisíacos que seguramente no nos bastará con una visita para verlos todos, pero podemos intentarlo. Vamos a repasarlos. Aquí tienes una lista con las mejores cosas que hacer y ver en Menorca:
Cala Turqueta
Es una de las calas de Menorca más codiciadas y con razón. Su arenal con forma de media luna conduce a una pequeña bahía en la que el mar, en ocasiones, brilla más que una piscina. En verano su parking se llena extremadamente pronto.
Cala Galdana
Vale, la mole de hormigón que es el Hotel Meliá da repelús, pero obviándolo Cala Galdana es una preciosa bahía de aguas cristalinas. Aquí puedes dejar el coche, encontrar alojamiento o supermercados, e iniciar tus paseos por la costa hacia otras calas.
Macarella y Macarelleta
Son dos de las joyas del sur de Menorca y son accesibles a pie desde Cala Galdana (al parecer un bus también llega a Macarella) o también desde Cala Turqueta. Son uno de mis lugares preferidos para ver en Menorca.
Mitjana, Mitjaneta y Trebalúger
Si desde Cala Galdana tomamos el Camí de Cavalls hacia el Este, llegaremos a Mitjaneta y Mitjana, dos calas espectaculares. Para los que se les ha hecho corto, por el otro extremo de Mitjana se puede continuar y llegar a la preciosa Trebalúger.
Ciutadella
La ciudad más poblada de Menorca también es la que más miradas atrae, y es que su casco antiguo y su puerto son encantadores. Espera a la noche y contémplala bajo otra luz, o visitando los puestos callejeros que se despliegan en torno al puerto.
Para cenar hamburguesas ricas y a buen precio: el Mostassa, en la cuesta del puerto.
Cova de s’Aigua
Esta cueva recientemente acondicionada y abierta al turismo fue hogar de humanos talayóticos en la prehistoria y contiene un curioso lago iluminado. Está en Cala Blanca, cerca de Ciutadella, y la visita se puede reservar online aquí.
Tomar algo en Cala Blanca
No ocupará el top en las listas de calas más espectaculares, pero está muy bien para sentarse en uno de sus chiringuitos apostados sobre las rocas -como el Hola Ola- y saltar desde allí al agua cuando apetece un chapuzón.
Alaior y Mercadal
En el corazón de Menorca los protagonistas de una muy digna alternativa a las calas y los acantilados son estos dos pueblos de casitas bajas y fachadas blancas. Perfectos para desconectar un rato de la arena y el salitre.
Cala en Porter y Cova d’en Xoroi
Con un arenal amplio y rodeada por imponentes paredes de roca, la playa de Cala en Porter merece una visita, pero además necesitarás llegar hasta aquí para ir a contemplar la costa desde la célebre Cova d’en Xoroi, una cueva en el acantilado reconvertida en bar.
Consulta en su web si las entradas para ese día se consiguen online o en taquilla. Si son en taquilla y vas al atardecer, llega con algo de antelación, suele haber cola. Y recuerda vestir adecuadamente.
Otro restaurante con increíbles vistas en Cala en Porter es el Club Menorca.
Ruta de las cuevas en kayak
Partiendo de Cala en Porter se puede realizar en kayak la «ruta de las cuevas», un paseo que -con el mar tranquilo- resulta sencillo y nos deja visitar algunas cuevas curiosas a lo largo de la costa hasta llegar a Cales Coves. Recomiendo hacerla contratando este tour con guía que nos señalará los rincones más interesantes.
Ver una Qualcada y Jaleo
Las fiestas de verano de Menorca están protagonizadas por los caballos y sus jinetes, que se lucen en las Qualcadas (cabalgatas) y en los Jaleos, donde intentan sostenerse a dos patas mientras los espectadores tocan y sujetan al caballo.
La más famosa es la de Sant Joan en Ciutadella, pero si vas en septiembre te recomiendo la de Cala en Porter, en la playa, una de mis cosas favoritas para ver en Menorca.
Probar la Pomada
La Pomada es la bebida típica de Menorca compuesta por ginebra menorquina y limonada, muy rica y popular en las fiestas de verano. También la puedes conseguir en forma de granizado en la mayoría de heladerías.
Cala Morell
Al noroeste de la isla se encuentra esta pequeña cala recogida entre rocas con la forma de un elefante y una ladera llena de casitas (o casazas) blancas adorables. Aquí puedes cenar en el Ivette, un restaurante muy fotogénico y con comida muy rica.
Cala Pilar
Es una de las calas más salvajes y sorprendentes de Menorca debido a su entorno agreste y abrupto, sobre todo por una particularidad única del paisaje que lo rodea: su tierra roja.
Cala Pregonda y S’Alairó
Dejando el coche en el parking de Binimel-La, podemos iniciar un breve paseo hasta las coquetas calas de arena ocre de S’Alairó y Pregonda. Envueltas por un paisaje espectacular y con aguas tan limpias como las de sus primas del sur.
Fornells
Este pueblito blanco tiene una encantadora calle principal con estupendos restaurantes, un pequeño puerto junto al que bañarse (las escaleras metálicas indican el lugar) y una torre defensiva del siglo XIX protegiéndolo. Para cenar bien: el Jordis Food N’Drinks.
Si se busca playa de arena, mejor cruzar el cabo hasta Cala Tirant.
Arenal de Son Saura y Arenal d’en Castell
Con menos encanto pero con playas preciosas son Arenal de Son Saura y Arenal d’en Castell, municipios de uso mayormente vacacional desde los que se puede pasear hacia calas más solitarias y vírgenes como Cala Pudent.
Faro de Favàritx
De entre los múltiples faros de Menorca el de Favaritx quizás sea el más fotogénico, con su alta torre pintada a rayas en espiral marcando el final de un alargado cabo.
Cala Presili y Platja d’en Tortuga
Junto al faro de Favaritx se encuentran estas dos espectaculares playas de aguas cristalinas, alcanzables a pie desde la carretera del Cabo Favaritx o también tras un par de horas de ruta desde Es Grau por el Camí de Cavalls.
Es Grau
Este pequeño pueblo es bonito y acogedor y tiene junto a él una playa tranquila, islotes y calas a los que llegar en kayak, y Sa Albufera, un enorme parque natural por cuyos caminos es fácil ver tortugas.
Cala de Sa Mesquida
Es una de las playas más cercanas a Mahón y también una de las más bonitas del noreste menorquín. Desde ella se puede ver el amanecer o subir hasta el Mirador des Morro a contemplar una fantástica vista.
Puerto y casco histórico de Mahón
Eclipsada a menudo por Ciutadella muchos dejan de lado a Mahón, y bien merece una visita por el paseo marítimo de su puerto y por su casco histórico, que reserva varias calles a los peatones y está repleto de ofertas de ocio y hostelería.
Cales Fonts
Muy cerca de Mahón, en Es Castell, podemos encontrar este puertito encantador repleto de restaurantes y llauts, las barcas tradicionales de Menorca.
Binibeca
Las casitas blancas y callejones estrechos de Binibequer componen una de las imágenes más reconocidas de Menorca. Hay que recorrer sus callejones y admirar sus detalles, y sobre todo sacar muchísimas fotos.
Cala de la Olla
De entre las cosas que ver y hacer en Menorca, el buceo es un must. Muy cerca de Binibequer unas escaleras de piedra bajan a una cala sin arena que puede considerarse uno de los mejores puntos de la isla para hacer snorkel. Hay tantos peces que parece un acuario.
Bufador de Binibequer
También cerca de Binibeca, en un cabo rocoso un poco más al sur, se encuentra una curiosa formación geológica con apariencia de arco de piedra bajo la que el mar pasa y se adentra en una profunda cueva. Buena opción para ver el atardecer.
Binidalí, Biniparratx y Caló Blanc
Estas tres calas, ubicadas en torno al Cap d’en Font, están entre mis favoritas de la isla. Son pequeñas y muy bonitas, perfectas para quien no le importe quedarse en las rocas si el espacio en la arena escasea.
Escorxada y Fustam
Son dos de las calas más aisladas, y habrá que andar un buen rato para llegar hasta ellas, bien desde Cala Galdana o desde Santo Tomás. Merece la pena. Desde Santo Tomás el camino ofrece la oportunidad de ver la alargada y también espectacular Binigaus.
Son Saura y Es Talaier
Encontrarás estas dos en la mayoría de listas de las mejores calas de Menorca. Poco más hay que decir. Se encuentran cerca la una de la otra, alcanzables tras agradables paseos, pero son muy distintas. Comparten la belleza, eso sí.
Faro de Artrutx
Otro de los fotogénicos faros de la isla, esta vez en su punta suroccidental. Es un fantástico lugar para ver el atardecer y también si se quiere tomar algo de mientras, ya que la base del faro ha sido reconvertida en bar-restaurante.
Saltar en Cala en Brut
Con sus numerosas plataformas, esta cala es perfecta para los que disfrutan lanzándose al agua desde diferentes alturas. Si sufres de vértigo no te preocupes, unas escaleras conducen al agua.
Punta Nati y Pont d’en Gil
Siguiendo con los rincones para ver el atardecer, el faro de Punta Nati y la zona frente al arco natural de Pont d’en Gil son dos de los más célebres de la isla. Ver el sol caer allí es un imprescindible de Menorca.
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