Malasia

Vuelta a Perhentian Kecil a pie y más allá…


La luz del día me despertaba en mi dormitorio de D’Lagoon. Los alicientes de la jornada eran los mismos que habitualmente: levantarse y saludar a las palmeras con un gustoso estiramiento de espalda, desayunar mientras se contempla la solitaria playa y relajarse con el silencio que dominaba el norte de la isla. Pero como a mí me cuesta mucho estar quieto, no tardaría en pegarme un chapuzón para hacer snorkel, atravesar la selva hasta la playas vecinas… o dar la vuelta a Perhentian Kecil.


En los paseos por la selva es habitual encontrarse con numerosos varanos que salen al sendero a calentarse, allá donde el sol les alcanza mejor. Se camuflan tan bien con el color del suelo que a veces no se les ve hasta que salen corriendo al vernos. El sonido que hacen al huir vale más de un pequeño susto.



No me cansaba de visitar estas playas…


Vuelta a Perhentian Kecil Vuelta a Perhentian Kecil

Excursión a pie: vuelta a Perhentian Kecil

De vuelta en el hotel me encontré con Maxime, que estaba a punto de salir de excursión con otros dos viajeros francoparlantes. Su intención era dar la vuelta completa a Perhentian Kecil, de playa en playa. Era una idea que me había rondado la cabeza desde que supe que vendría aquí, así que, con su permiso, no dudé en apuntarme.


¡Se dice fácil! Kecil es una isla que podríamos considerar pequeña, pero rodearla no fue tan sencillo y rápido como pensamos. La isla no tiene atajos, es abrupta, y sus desniveles entorpecen mucho la marcha. Quizás sin este calor tropical sería más sencillo…


Superada la montaña que separa nuestra apartada playa del resto de la isla, llegamos a Long Beach. Fue como llegar a la civilización tras varios días de absoluto aislamiento. De pronto nos dimos cuenta de lo afortunados que éramos en D’Lagoon. Aun así, no quiero exagerar, Long Beach aún no es Ibiza o Phuket.


Con Long Beach dejada atrás, el tramo sur de la isla es el más largo. Un camino mediante el cual se rodea la gran montaña que da forma a la mitad meridional de Kecil. Al principio de este tramo se encuentra la villa de pescadores, el pueblo donde viven los locales, que incluye una gran y vistosa mezquita. Aquí es donde aprovechamos para almorzar.



De aquí en adelante la travesía no tiene pérdida. El sendero, más o menos asfaltado, sigue la costa y salta de cala en cala. Una de las que más tiempo nos entretuvo fue Petani Beach, en el extremo sur. Aquí hay una buena zona de snorkel con algunos corales, posibilidad de ver rayas, ¡y muchos tiburones! Sólo hay que nadar hasta la esquina donde la corriente empieza a ser fuerte para verlos.


Vuelta a Perhentian Kecil

Vuelta a Perhentian Kecil


El final de la excursión se vislumbraba cuando alcanzamos Coral Bay, la playa en el lado opuesto a Long Beach, que está unida a ésta por un breve camino de menos de cinco minutos. La idea inicial era regresar a D’Lagoon andando, pero no nos apetecía nada volver a subir la montaña y cruzar la selva. Así que tomamos un bote que nos llevaría hasta allí.


Bote de Long Beach a D’Lagoon: 10 RM
A partir de las 7 de la tarde los precios de estos botes se doblan.

El mirador de Kecil y su piscina natural

No fue la última vez que pasé por aquella cima, coronada por un icónico molino de viento. Otra de las tardes subí hasta aquí con Ignacio y Daniela con la intención de acceder a las escaleras que conducen, colina abajo, a las rocas. Como podéis ver, las vistas desde aquí arriba eran espectaculares y el color del agua difícil de creer.



Esta aparatosa pasarela de acero se encuentra en un penoso estado de conservación. Oxidada, rota… En numerosas ocasiones faltan peldaños y hay grandes agujeros. Es algo peligroso y la gente de la isla os desaconsejará acceder a ella, pero bajo vuestra responsabilidad podéis hacerlo.


Vuelta a Perhentian Kecil


Superado el escollo de esta infraestructura, llegamos a las rocas y seguimos alucinando con el color azul del mar. Es increíble cómo las aguas tropicales pueden sorprenderte una y otra vez con sus tonos azules y turquesas, no importa cuántos hayas visto antes.



Mientras nos bañábamos aquí tenía que recordarme continuamente que no estaba en una piscina. Excepto por la sal y la arena del fondo, ¿qué diferencia hay?


Anterior entrada

Playas de Koh Kood, un paraíso perdido de Tailandia

Siguiente entrada

Último día en las mejores playas de Koh Kood

David

David

No Hay Comentarios

Publica un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable: Mochila al Paraíso - Blog de viajes.
  • Finalidad:  Moderar los comentarios.
  • Legitimación:  Por consentimiento del interesado.
  • Destinatarios y encargados de tratamiento:  No se ceden o comunican datos a terceros para prestar este servicio. El Titular ha contratado los servicios de alojamiento web a Webempresa que actúa como encargado de tratamiento.
  • Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional: Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.